martes, 15 de mayo de 2012

Tratamiento de la dislexia


Cuando se habla del tratamiento de la dislexia generalmente se piensa en fichas de lateralidad, orientación espacial, grafomotricidad, orientación temporal, seriaciones, etc....
Sin embargo no está demostrado que todo esto sea necesariamente previo al aprendizaje de la lectoescritura ni "conditio sine qua non" para poder avanzar y recuperar las dificultades disléxicas. Lo que  fundamentalmente se recomienda  es el "sobreaprendizaje". Volver a aprender la lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño, trabajando siempre con el principio rector del aprendizaje sin errores, propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del trabajo de sobreaprendizaje. Se trata de hacer el reaprendizaje correcto de las técnicas lecto-escritoras, haciéndolas agradables y útiles para el niño, propiciando  el éxito, en lugar del fracaso que está acostumbrado a cosechar.
Las colecciones de fichas parecen útiles como trabajo de apoyo y complementación de la tarea principal, para variar las tareas y que no sean demasiado idénticas a las del aula, así como para trabajar determinados aspectos en los que algún niño debe incidir especialmente.

En la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específicas:

1. Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.

2. Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus posibilidades. Evalúar sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdarlo en los trabajos en las áreas que necesita mejorar.

3. Darle atención individualizada siempre que sea posible. Hágale saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda.

4. Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá. Divide las lecciones en partes y comprueba , paso a paso, que las comprende ¡Un disléxico no es tonto! Puede comprender muy bien las instrucciones verbales .

5. La información nueva, debe repetírsela más de una vez, debido a su problema de distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.

6. Puede requerir más práctica que un estudiante normal para dominar una nueva técnica.

7. Necesitará ayuda para relacionar los conceptos nuevos con la experiencia previa.

8. Darle tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. Si no hay apremios de tiempo estará menos nervioso y en mejores condiciones para mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de la pizarra y tomar apuntes.

9. Alguien puede ayudarlo leyéndole el material de estudio y en especial los exámenes. Muchos disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de unos padres pacientes y comprensivos en leerles y repasarles las lecciones oralmente.
Si lee para obtener información o para practicar, tiene que hacerlo en libros que estén al nivel de su aptitud lectora en cada momento.
Tiene una dificultad tan real como un niño ciego, del que no se espera que obtenga información de un texto escrito normal. Algunos niños pueden leer un pasaje correctamente en voz alta, y aún así no comprender el significado del texto.

10. Evitar la corrección sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle notar aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.

11. Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen su mala lectura, escritura y capacidad organizativa.

12. Tener en cuenta que le llevará más tiempo hacer las tareas para casa que a los demás alumnos de la clase. Se cansa más que los demás. Procurarle un trabajo más ligero y más breve. No aumentar su frustración y rechazo.

13. Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de señale aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay que elogiarlos y alentarlos siempre que sea posible.

14. Es fundamental ser consciente de la necesidad que tiene de que se desarrolle su autoestima. Hay que darles oportunidades de que hagan aportaciones a la clase. Evite compararle con otros alumnos en términos negativos ( así es como a veces se consigue que se conviertan en caracteriales). No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer en voz alta en público contra su voluntad. Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea especialmente bueno y desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito.

15. Hay que considerar la posibilidad, como se ha dicho antes, de evaluarlo con respecto a sus propios esfuerzos y logros, en vez de avaluarlo respecto de los otros alumnos de la clase.El sentimiento de obtener éxito lleva al éxito. El fracaso conduce al fracaso.

16. Permitir que aprenda de la manera que le sea posible, con los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras, magnetófonos, tablas de datos...
  
En nuestro sistema educativo se da por supuesto que la responsabilidad de la enseñanza recae sobre el profesor más que sobre los padres. En el caso de los niños disléxicos, suele recaer sobre el especialista (psicólogo, pedagogo, profesor especializado). Este énfasis en la labor del profesor no es adecuado por cuanto los padres pueden ser y de hecho son en ocasiones por propia iniciativa, una fuente de ayuda importante para sus hijos.
El papel más importante que tienen que cumplir los padres de niños disléxicos quizás sea el de apoyo emocional y social. El niño debe saber que sus padres comprenden la naturaleza de sus problemas de aprendizaje. Esto requerirá frecuentemente el tener que dar al niño algún tipo de explicación acerca de sus dificultades disléxicas. El mensaje importante que hay que comunicar es que todos los saben que el niño no es tonto y que quizá ha tenido que esforzarse mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura y escritura.
También es importante comunicarle que se le seguirá queriendo, aunque no pueda ir especialmente bien en el colegio. Hay que evitar que la ansiedad de los padres aumente los problemas del niño, aumentando su ansiedad y preocupación generando dificultades emocionales secundarias.
 El apoyo familiar es fundamental en el tratamiento de la dislexia esta afección, la motivación en casa es imprescindible, así como el alentarlos a desarrollar otras actividades que les proporcionen confianza en sí mismos, como deportes, artes plásticas, hobbies, arte dramático, etc.
Los padres (y todos los que se relacionan con él o ella) deben dejar muy claro al niño que puede tener éxito, ya que si el niño "sabe" que no puede tener éxito, porque así se lo hacen sentir las personas importantes de su entorno, el niño tiene miedo a intentarlo y fracasar, sin apenas darse cuenta. Esto complica la tarea del especialista.

El éxito puede implicar una considerable cantidad de trabajo, pero se le hace ver que se comprende su problema y él va a recibir una ayuda específica con el  fin de que pueda superarlo.
Irónicamente, son a veces los padres que han tenido dificultades similares y que han sufrido mucho en la escuela son los que tienden a ejercer una presión mayor, consiguiendo un fin diametralmente opuesto al pretendido. Conviene que admitan su preocupación y compartir con el niño los problemas que tuvieron. Esto le hace al niño sentirse más normal .
Es totalmente inadecuado e inútil comparar en sentido desfavorable al niño disléxico con un niño sin problemas. Esto sucede especialmente si el niño que va bien en el colegio es más pequeño que el que tiene el problema. Conviene recordar que ambos son distintos y que el disléxico tiene sus cualidades. La rivalidades fomentadas entre hermanos pueden acabar mal..
 Los padres pueden tener en ocasiones un papel directo de educar. Esto depende en buena medida del tipo de relación que haya entre padres e hijos. A veces es completamente imposible y hasta desaconsejable que los padres ayuden a sus hijos. La situación se torna en ocasiones en tan cargada de ansiedad que los padres o el niño pierden la calma, se enfadan y las condiciones de un aprendizaje con éxito y de refuerzo positivo sistemático, se vuelven inalcanzables.


Es importante desarrollar la autoestima a todo los niveles. Puede hacerse dispensando al niño consideración positiva incondicional, en especial cuando se siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo con su propio nivel, esfuerzo y rendimiento. La dificultad es no pasar a la sobreprotección Pero la guía es tener clara la escala de valores en la que se desenvuelve el niño, la situación de partida, el esfuerzo realizado.

Otra cosa a tener en cuenta son las dificultades prácticas asociadas con la dislexia: confusiones con las horas del día, equivocaciones respecto del lugar donde se colocan las cosas, tendencia al desorden,, torpeza en ocasiones, dificultad en el cumplimiento de las instrucciones ( sino se le dan muy claras y concretas y se aseguran de que las haya comprendido). Todo esto exige una buena dosis de paciencia, pero es tan importante como comprender las dificultades mismas del aprendizaje del lenguaje escrito.

Hasta el momento no existen estudios validados que reporten que una metodología o un período de duración de un tratamiento sean mejor que otros. Sin embargo se puede determinar que la recuperación de niños disléxicos disminuye con la edad de detección.

 Se pueden desarrollar otras estrategias de lectura que contribuirán al desarrollo de la expresión oral y la comprensión lectora: vocabulario de lectura, memoria de trabajo, conceptualización, lectura por golpe de vista –fijaciones- y hábitos lectores.
Esta herramienta de trabajo se deberá complementar con actividades de lectura de textos donde se trabajen conductas lectoras, se estimule el placer por la lectura y se promueva la escritura.
El aspecto reeducativo se traduce en el  reconocimiento de las letras a través de distintas técnicas, gestos y ejercicios de giros o lateralidad, dirigidos a mejorar sus destrezas
Los maestros son una pieza clave en el desarrollo del niño disléxico. Sin duda es necesario cambiar la metodología de enseñanza para  que el menor se sienta mas tranquilo, libre de presiones. Los exámenes orales son recomendables antes que los escritos donde se mide claramente los resultados con una calificación

Las terapias psicológicas  son dirigidas a niños que tienen el trastorno durante mucho tiempo, en un nivel bastante grave o que tiene problemas de integración en la escuela  que dificultan su recuperación, también conflictos con los padres o una situación conflictiva anterior  ocasionan la dislexia.
Los padres están incluidos dentro del tratamiento. Ellos tienen la responsabilidad de ayudarlos a realizar las tareas o los ejercicios. Se necesita una cuota de paciencia y comprensión pero también confianza. Prueba leyendo textos para luego iniciar el diálogo con algunas preguntas, así mismo los juegos de observación o atención serán beneficiosos.

Es posible eliminar los problemas de lectura y escritura causados por la dislexia mediante un tratamiento adecuado, que consiste en el reaprendizaje, es decir, volver a enseñar al afectado a leer y a escribir, pero a un ritmo adecuado para sus posibilidades. Asimismo, conviene que esta actividad se haga de la manera más amena y alegre posible, motivando al niño mediante la exaltación de sus éxitos y, nunca, castigando los errores.
Asimismo, es necesario repetir al niño las cosas todas las veces que sea necesario, para lo cual se requiere de una gran paciencia y constancia. Además, es conveniente que el afectado reciba el tratamiento de forma individualizada siempre que sea posible. Por último, hay que resaltar la importancia de la práctica y la inconveniencia de corregir todos los errores cometidos de forma repetida, ya que con ello se fomenta la baja autoestima del niño.
Perspectiva positiva.- Aunque la mayor parte de los estudios hablan de la dislexia como una patología, hay que destacar la teoría que afirma que la causa de este fenómeno se encuentra en un talento especial derivado de las mismas funciones mentales que impiden leer o escribir con normalidad. Así, esta perspectiva asegura que la dislexia es una habilidad natural que proporciona a la persona especiales facultades en diferentes campos de la vida.
Para el tratamiento de este trastorno, se requiere de un profesor especializado, que enseñe estrategias especiales para el aprendizaje de la lectura.
Se recomienda el sobreaprendizaje, volver a aprender la lecto-ecritura, de una forma adecuada a las posibilidades del niño, trabajando con el principio rector del aprendizaje sin errores, o sea re aprender las técnicas de lecto-escritura de un modo agradable y útil para el niño, cosechando el éxito y no el usual fracaso.
El empleo de fichas de apoyo es útil como complemento, para variar un poco el trabajo escolar, y para trabajar aquellas áreas que un niño pueda necesitar en especial.

Estimulación de procesos cognitivos - verbales:
· Conciencia fonológica
· Memoria y percepción fonémica
· Procesamiento fonémico
· Dominio fonológico
· Reconocimiento visual de segmentos
· Reconocimiento morfémico de secuencias
· Reconocimiento visual de signos ortográficos
· Asociación secuencial visual -verbal
· Memoria ortográfica(configuración gráfica de la palabra cómo se escribe)
· Atención selectiva a claves ortográficas(significado)
· Memoria verbal inmediata
· Abstracción verbal
· Categorización · Nominación
· Memoria de secuencias de series verbales

La dislexia puede superarse cuando está correctamente diagnosticada y se la trata con paciencia y fuerza de voluntad. Las dificultades en la educación suelen ser el resultado de un diagnóstico equivocado y la consiguiente frustración del niño al sentirse incapaz. Busque las áreas en las que el niño se destaca y ponga el énfasis en ellas.
Un niño puede tener problemas para leer, pero ser un genio en matemáticas, música, u otros campos. Los ordenadores son herramientas de aprendizaje especialmente útiles para los niños que tienen dislexia, ya que permiten desarrollar habilidades para escribir que de otra manera no se podrían lograr. Muchos niños disléxicos son capaces de compensar sus desventajas con relativa facilidad; sin embargo, suelen tener más dificultades para superar el problema emocional de sentirse incapaces.
. Con aplicación y técnicas especiales la mayoría de los niños con dislexia pueden disfrutar de la lectura y leer bien. Los disléxicos van a cometer siempre muchos errores al escribir, pero pueden leer normalmente e incluso por encima del nivel promedio. Una máquina de escribir o una computadora pueden ayudarlos a mejorar su escritura. Muchas escuelas ofrecen la alternativa de exámenes orales para los niños con dislexia.

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