martes, 15 de mayo de 2012

Adquisición y desarrollo del lenguaje...Brunner


Adquisición y desarrollo del lenguaje...Brunner


Pero, ¿qué significa esto? ¿Acaso el medio ambiente, es decir, las características de la
familia y el hogar y, en particular, el estatus socioeconómico de los padres (usado aquí
como una representación sintética de todas las variables del hogar mencionadas hace
un momento) pueden influir sobre algo tan básico como el desarrollo del instinto del
lenguaje, como lo llama Steven Pinker?
Por cierto que es así16. Niños pertenecientes a familias de menores ingresos y
con menor escolaridad de los padres comienzan a mostrar puntajes más bajos en testsde crecimiento de vocabulario alrededor de los 18 meses. A los tres años, en EE.UU.
los niños que se han criado en hogares de alto estatus socioeconómico poseen el doble
o más vocabulario expresivo que los niños criados en hogares de bajo estatus socioeconómico17.
En general, se observa que una “mayor estimulación cognitiva y menor
adversidad socioeconómica” se hallan asociadas con mejores resultados en una variedad
de medidas cognitivas de amplio espectro como CI y logro escolar”.
En Chile, diversos estudios realizados entre niños en edad preescolar de nivel
socioeconómico bajo muestran significativos rezagos cognitivos y prevalencia de dificultades
de lenguaje. Por ejemplo, el estudio de mayor envergadura realizado a fines
de los años 90 reporta que “entre el 36 y el 49 por ciento de los casos [incluidos en
el universo muestral] presenta un desarrollo cognitivo deficitario (1 o más desviación
estándar (DS) bajo el promedio esperado para la edad). […] Esta situación es aún peor
en la población rural: entre los niños rurales de 4 años que no participan en un programa
[parvulario], casi un 60 por ciento presenta un desarrollo cognitivo deficitario, versus
un 45 por ciento aproximadamente de sus pares urbanos de la misma edad”.
A su turno, sobre la base de una evaluación fonoaudiológica, otro estudio más reciente
constata que un 41,5 por ciento del total de las niñas y un 52 por ciento del total de los
niños de origen socioeconómico bajo participantes (de entre 3 y 5 años) presentan algún
grado de dificultad de lenguaje20. Por último, un estudio de seguimiento de alumnos de
escuelas municipales durante los tres primeros años de la educación primaria constata
que “los niños del subgrupo que no lograron identificar el primer fonema de las palabras,

segmentar pseudopalabras, encontrar analogías verbales, reconocer nombres escritos
o identificar el nombre de las letras, cuando entraron al primer año, fueron los lectores
más deficientes durante todo el período”21. Es decir, hasta 3er año escolar el rendimiento
lector aparece parcialmente predeterminado por los procesos de socialización familiar.
Y esas diferencias se mantienen y tienden a ensancharse después, pues según previene
gráficamente J. J. Rousseau: “no sólo la educación pone diferencias entre los espíritus
cultivados y los que no lo están, sino que aumenta la que se encuentra entre los primeros
en proporción a la cultura; porque si un gigante y un enano caminan por la misma ruta,
cada paso que uno y otro den dará nueva ventaja al gigante”
Por último, como una síntesis dramática de la influencia de los primeros años sobre
el desarrollo de los niños, particularmente en relación a la creación de brechas tempranas
–cognitivas, de lenguaje y socioemocionales– puede hablarse aquí del efecto rumano,
recordando los calamitosos resultados de la investigación The English and Romanian
Adoptee Study: Effects of early deprivation on long-term adjustment23, resumido así
por Heckman:
“Estudios de infantes rumanos muestran la importancia de los primeros años. Un
experimento natural perverso descrito en detalle en Cunha, Heckman, Lochner et al.
(2006), puso a un grupo de niños rumanos, al nacer, en orfanatos estatales. Las condiciones
de éstos eran atroces. Los niños recibían un mínimo de estimulación social
e intelectual y luego fueron adoptados a distintas edades. Los niños criados en estas
instituciones demostraron rezagos cognitivos, serios problemas de comportamiento
social y una sensibilidad anormal al estrés. Niños que son adoptados desde estas
instituciones frecuentemente presentan problemas cognitivos, socioemocionales y de
salud. […] Mientras más tarde fueron adoptados los niños rumanos, más débil fue
en promedio su recuperación, aún cuando hay importantes variaciones entre niños
relacionadas con la calidad de los orfanatos y el medioambiente de los hogares de
adopción”

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